20/12/11

Circo y baloncesto

La disputa de un partido del Mundial femenino de balonmano o la gira española del Circo del Sol sacan los colores a la ACB, una liga que presume de ser la mejor del mundo tras la NBA pero cuya seriedad ha quedado más en entredicho a raíz de las últimas alteraciones en el calendario


Ayer, lunes 19 de diciembre, debía disputarse un partido de la Liga Endesa que finalmente no se jugó. Bueno, en realidad, ese partido debería haberse jugado el sábado, en Zaragoza, y tenía que haber enfrentado a CAI y Gescrap Bizkaia. El choque que debía medir el domingo a las 18.00 a Caja Laboral y Barcelona Regal en el Iradier Arena sufrió una modificación de horario apenas un día antes, el sábado por la tarde, como consecuencia de un cambio de planes de la cadena poseedora de los derechos de emisión de la competición doméstica. En pleno debate sobre el maltrato mediático que está recibiendo el baloncesto en este país, este fin de semana hemos asistido a un episodio que roza lo dantesco y viene a confirmar los temores de todos aquellos que ya sospechábamos que hace tiempo que este deporte dejó de considerarse como un bien de interés.

El partido entre el Baskonia y el Barça, dos de los mejores equipos del baloncesto español, quedó relegado a un segundo plano, fue desplazado en la parrilla de Teledeporte por la disputa de la final de consolación del Mundial femenino de balonmano. En torno a las 18.00 de la tarde del sábado, veinticuatro horas antes del comienzo estipulado, la ACB y TVE acordaron esta medida para evitar otra que seguramente habría resultado todavía más dolorosa para los amantes de este deporte. La excelente trayectoria de la selección femenina de balonmano en Brasil, donde se jugaba el bronce y lo ganó ante Dinamarca en un horario que coincidía con el del choque entre vitorianos y catalanes, habría supuesto de facto su eliminación de la parrilla televisiva. Quizá los habituales del baloncesto no se habrían sorprendido demasiado. Sería sólo una muestra más del desprecio que se le dispensa desde el ente público, donde las ideas parecen muy claras: el tercer y cuarto puesto del Mundial femenino de balonmano -uno de los partidos más relevantes en la historia del balonmano femenino en este país, por otro lado- es un producto de interés general, y debe ser emitido, mientras que la Liga Endesa, a pesar del patrocinio, del relevo en la cúpula de la ACB y de lo que podamos pensar muchos, no lo es. Al parecer, se ha convertido en un producto de desinterés generalizado.

Lo más triste del tema es que las audiencias -sin entrar ahora en asuntos relacionados con la fe de la cadena o la promoción- parecen corroborar esta teoría. Puede debatirse largo y tendido sobre si el número de televidentes que sigue los partidos resulta una causa o una consecuencia del escaso cuidado que dispensa Televisión Española al baloncesto o viceversa. Es la pescadilla que se muerde la cola. El problema es que son demasiadas, y muy recientes, las evidencias de desprecio que hemos tenido que soportar algunos. Al final, el partido entre el Caja Laboral y el Barcelona se retrasó una hora y media. Lo más grave del asunto es que esta medida se adoptó por hallarle un encaje en la parrilla de Teledeporte, un canal que, baloncesto al margen, el ente público sólo emplea para ofrecer productos tremendamente residuales. Cualquiera podría rebatirme y señalar que lo que acoge el canal temática es toda la programación deportiva de TVE, pero erraría. Aunque esa debería de ser su esencia, los rectores del ente público, que como tal deberían seguir unos principios bien diferentes a la hora de definir sus estrategias, se cuidan mucho de emplazar en su primer canal, al que conceden un rango de mayor relevancia, otros acontecimientos deportivos que deben rentarles más, como el Mundial de Motociclismo o las finales que disputa Rafa Nadal.

Baloncesto en la Green Capital

Lo más grave del asunto, repito, no es el hecho de que se postergara el partido, con todas las consecuencias que pudo tener para la gente que tenía que desplazarse a Vitoria (el Baskonia tiene muchos abonados de otras provincias limítrofes), sino la certeza de que de no haberse producido esta modificación del horario, simplemente no habría sido televisado. El dinero, cómo no, rescató al baloncesto español de la humillación que habría supuesto el hecho de que el choque entre los dos equipos que se han repartido once de los últimos doce títulos en juego, entre entorchados ligueros de Copa del Rey de la Supercopa. La ACB, cuyo nuevo máximo mandatario, Albert Agustí, se hizo con los mandos para poner en valor este deporte como un producto atractivo, tragó porque tenía que tragar y Teledeporte se aseguró de dilatar la parrilla al máximo porque tenía un compromiso publicitario atado con el Ayuntamiento de Vitoria. Así de duro pero así de simple. El compromiso entre el Barcelona y el Caja Laboral, que vistió de verde por este motivo, iba a representar el primer escaparate mediático a nivel nacional de la recién concedida distinción como European Green Capital (Capital Verde Europea) a Vitoria. El acuerdo incluía la emisión de un vídeo promocional sobre las virtudes de la urbe y una entrevista a su alcalde, Javier Maroto, durante el intermedio. ¿Qué habría sucedido de no haber existido este pacto comercial? Imagino que la emisión del partido, que no era un bien de interés general, se habría retomado en su epílogo, justo al finalizar el partido de balonmano. No habría sido la primera vez que la retransmisión de un partido de baloncesto en Teledeporte comienza un poco -o bastante- más tarde que el propio partido.

Por supuesto, en TVE a nadie se le ocurrió la opción de emplear algún otro de los cinco canales de que dispone para encajar ambos eventos a su hora. Nadie previó tampoco en su día la posibilidad de que el combinado que dirige Jorge Dueñas (tremenda labor la suya en estos últimos años) pudiera presentarse en la lucha por los metales. Entiendo que quizá no era cuestión de tenerlo en cuenta cuando arrancó el torneo, porque España no contaba con excesivas opciones en los pronósticos, pero conforme se fue aproximando la fecha... Quizá a alguien se le pudo haber encendido la luz para actuar con más previsión, siquiera unas horas o unos días antes. De todos modos, ¿para qué? No hacía falta. La ACB parece un ente tan insignificante y necesitado que tragaría con cualquier cambio, por inexplicable y apresurado que fuera. Y así sucedió. De hecho, así está sucediendo demasiado a menudo en estos tiempos de zozobra, en los que la credibilidad de la competición, que algunos se llenan la boca tildando de la mejor liga del mundo tras la NBA, está decreciendo al ritmo de sus audiencias. Para poder ostentar con tanto orgullo como algunos quisiéramos tener esa condición de liga exquisita y de prestigio, lo primero que debe hacerse es practicar con el ejemplo, exhibir esa seriedad de la que se presume. Y últimamente no está sucediendo así.

La gira del Circo del Sol

No hace falta que un partido de la Liga Endesa tenga que coincidir con un duelo de balonmano tan importante como el del domingo para que quede reflejada la escasa relevancia que desde muchos ámbitos se le concede al baloncesto en España, un país que vive y respira fútbol, donde la mayor parte de los medios de comunicación generalistas dedican elevadísimos porcentajes de sus espacios deportivos al balompié. Basta con que al Circo del Sol le dé por realizar una gira. Y vuelvo al comienzo de este texto para referir el otro caso de panderetismo ilustrado que ha despertado mi indignación en los últimos días, al partido que CAI y Gescrap debían disputar el sábado en el Príncipe Felipe. ¿Por qué no se pudo jugar el sábado? Porque el Circo del Sol había fijado su actuación en la capital maña para la misma fecha y el Ayuntamiento, propietario del recinto, entendió que resultaba mucho más atractivo para sus ciudadanos cederlo a esta compañía circense, que por otro lado, y todo hay que decirlo, agota el papel allá por donde pasa. ¿Se preocuparon los ediles zaragozanos de saber si el CAI tenía o no partido ese fin de semana en casa? Cualquier respuesta, afirmativa o negativa, resulta un desprecio hacia su propio club de baloncesto. Si lo hicieron, porque no le concedieron la suficiente importancia a un partido de la Liga Endesa, cuyo calendario creo recordar que se hizo público a comienzos de agosto, como para buscar un espacio alternativo para el espectáculo de la compañía canadiense. Si no, obviamente, porque les importa tan poco que ni se detuvieron a pensar.

¿Alguien se imagina algo similar con el Real Zaragoza? ¿Alguien considera factible que el equipo de fútbol de la ciudad deba aplazar un partido de Liga porque tiene que cederse el campo para un concierto de U2? Ni de lejos. Y eso que La Romareda también es un estadio de propiedad municipal. Lo dicho, y aunque suene tan cómico como trágico, hasta el circo tiene más peso que el baloncesto. La ACB, en vista de la decisión del Consistorio maño, tuvo que volver a tragar. Fijó una nueva fecha para el partido, este pasado lunes, pero tampoco se disputó. El Bilbao Basket, no sin razón, protestó, alegó que esa fecha le perjudicaba de cara a preparar el duelo fratricida de Euroliga de este próximo jueves contra el Caja Laboral, y la celebración de dicho envite quedó relegada a lo que sucediera en la penúltima jornada de la primera fase de la competición continental. El equipo vizcaíno ganó en Estambul, preservó sus opciones de clasificación y, sorpresa, el encuentro sufrió un nuevo aplazamiento. Desde luego, este tipo de alteraciones no parecen ejemplos de la seriedad que debe transmitir una liga que pretende hacerse fuerte y recuperar el prestigio perdido.

Lo más hiriente del caso es que el de Zaragoza no va a ser el único partido que sufrirá cambios como consecuencia del espectáculo Alegría que Circo del Sol está representando en varias capitales españoles. Ha querido el destino que también pasara por Bilbao, donde ocupará Miribilla, y volverá a alterar el calendario de la Liga Endesa. ¿Cuál es la consecuencia? Los encuentros entre el Gescrap Bizkaia y el Blusens se alteran de orden; es decir, que el que correspondía a la ida, en Bilbao, se jugará cuando toque la vuelta y viceversa. Hay quien puede pensar que no se trata de un cambio que afecte en demasía al resultado final de la competición, pero con la pelea tan cerrada que se va a producir en las próximas semanas por lograr una plaza para la Copa, no resultaría extraño que algún damnificado alce la voz. Así está el panorama de nuestro baloncesto, pisoteado, vilipendiado y con el crédito bajo mínimos. El diagnóstico resulta preocupante. Ahora le toca a los nuevos gestores tomar nota y trabajar para que toda esta ristra de desaguisados desaparezcan y los aficionados abandonen esa sensación de desamparo, ridículo y desprecio que comienza a apoderarse de ellos.

12/12/11

Sin pívots no hay paraíso

La fragilidad de su juego interior condena al padecimiento a un Caja Laboral que bien entrada la temporada se encuentra todavía demasiado lejos del nivel exigido para pelear con los grandes equipos de la ACB y la Euroliga


Han transcurrido once jornadas de la Liga Endesa y ocho de la Euroliga y el desconcertante nuevo proyecto del Caja Laboral se encuentra en el mismo punto desde el que partió. Más de dos meses después del arranque oficial de la competición, ofrece muchas más dudas que certezas, más allá de que la bonanza del calendario le haya permitido hasta el momento mantener el equilibrio en la carrera de obstáculos en que se ha convertido este primer tramo del curso. Mucho se ha debatido en este tiempo en torno a si la responsabilidad del achacoso devenir del equipo azulgrana debe atribuirse al técnico, incapaz de sacar partido a su plantilla, o a los directivos, que en época de recortes se han visto incapaces de atinar con su habitual habilidad en la confección del proyecto. De un modo u otro, creo que todos tienen su parte de culpa. Por un lado está Ivanovic, entre cuyas virtudes en absoluto figura la ductilidad de carácter, que se ha mantenido inflexible y en cierta manera ha complicado más de lo necesario el ensamblaje de algunas de las nuevas piezas con las que contaba para recomponer un equipo bastante diezmado tras la operación salida (Huertas, Barac, Batista, Logan...) del pasado verano. Por el otro la directiva, atada de manos por las apreturas económicas, perjudicada por imponderables como las lesiones e incapaz de armar un bloque cuando menos aparente, que invite a la afición a soñar, en lugar de un edificio sin cimientos, sin pilares sobre los que apoyarse. A la vista de todos ha quedado el sonrojante rendimiento de los interiores en las últimas citas. Y sin jugadores que sean capaces de dar la cara cerca de los tableros, el baloncesto resulta un deporte muy complicado.

A nadie se le escapa que la situación que atraviesa ahora mismo el conjunto baskonista queda marcada por las decisiones de planificación y los inconvenientes inesperados que llegaron después. En un mercado donde la demanda de cincos superaba con mucho a la oferta, el Baskonia tomó la (¿valiente?, ¿insensata?) decisión de desprenderse de los dos con los que contaba, ante la necesidad de recaudar, y realizó su apuesta. El problema es que Maciej Lampe, uno de los jugadores contratados para formar parte del esqueleto estructural del nuevo proyecto, tenía un grave problema físico (Cosas del labrum) que trastocó -habrá que ver hasta qué punto- todos los planes del club. No puede negarse que de aquellos barros vienen estos lodos. Más allá del parche temporal de Kevin Seraphin, que obligó a Querejeta a incumplir su deseo de no reclutar a jugadores sujetos temporalmente al lockout, todos los movimientos posteriores han despedido un terrible hedor a remiendo. No se ha dado con la tecla, ni mucho menos, para conformar un juego interior de garantías. Ya no digo que marque la diferencia, sino simplemente digno de un equipo que, conviene no olvidarlo, ha contado durante los últimos años en sus filas con varios de los pívots más determinantes del baloncesto europeo: Dejan Tomasevic, Fabricio Oberto, Kornel David, Luis Scola, Tiago Splitter, y si se apura incluso a Barac.

Muy lejos de los grandes

Enumerar a esos referentes del baskonismo moderno y someterlos a una comparación con los actuales inquilinos del frontcourt azulgrana puede dar lugar a insoportables episodios transitorios de nostalgia, enajenación o apatía. La cosa es así de cruda. El Caja Laboral, como ha quedado demostrado en los últimos partidos, está condenado al sufrimiento porque cuenta con una batería de hombres interiores que dista años luz de la que ha tenido en los últimos años y, sobre todo, de la que debe tener cualquier equipo que pretenda considerarse un aspirante a los títulos. La situación resulta así de dura a escasos dos días para que juegue el partido más importante de la temporada, porque ahora mismo da la impresión de que entrar al Top 16, certificar el billete para la Copa y pelear por seguir la estela de los dos grandes en la ACB son los únicos objetivos que pueden contemplarse con cierta sensatez. No sé qué sucederá de aquí a un mes, cuando se espera el retorno de Lampe y la directiva habrá cerrado ya el poste que lleva semanas buscando en el mercado sin excesiva fortuna. Pero en vísperas de encarar el duelo contra el Nancy del que penden todas las esperanzas continentales del Baskonia, el mero hecho de tener que medirse a un equipo que dispone de un pívot bastante aseado como Akingbala, un 2,09 que pasó por Lleida y que está siendo uno de los pilares del equipo francés durante y después del paso de Nico Batum, debe como mínimo inspirar cierto respeto a la afición vitoriana.

La cosa no es para menos. Si ya con Milko Bjelica, al que ahora se añora, había mucha gente que consideraba muy limitado el juego del equipo en la pintura, tras la lesión del montenegrino la situación ha adquirido tintes dramáticos. A quien le parezca que temer la presencia de cualquier pívot decente en el equipo contrario puede resultar exagerado, le invito a recordar simplemente lo que ha sucedido en los últimos compromisos del conjunto gasteiztarra. Ilustres veteranos como Marconato o Papadopoulos desangraron sus opciones de victoria en las dos últimas citas de Euroliga. Aunque lo más grave sucedió en Murcia, donde James Augustine sacó a relucir las facilidades que cualquier interior con cierta solidez puede encontrar en la zona baskonista.

Otra cruz para Joey Dorsey

Ya digo que todo lo que está sucediendo tiene más que ver con la planificación, incluyendo en este apartado las circunstancias desafortunadas que se han producido, que con la gestión de los recursos, pero aun teniendo en cuenta esto pienso que desde el banquillo tampoco se está sacando el máximo rendimiento a lo que hay, que quizá no es demasiado pero podría ser más. Ivanovic le ha puesto la cruz a Joey Dorsey. Esta temporada tenía varias para repartir y el antiguo compañero de José Manuel Calderón en Toronto se ha ganado una. He leído y escuchado muchas críticas en torno a este jugador. He llegado a leer que es uno de los peores americanos de la ACB. No comparto en absoluto esa visión. Tiene muchas, muchísimas limitaciones, tanto técnicas como si se quiere tácticas, pero llegó a Vitoria con una misión y diría que su rendimiento no está tan alejado de lo que muchos creíamos que debía aportar. Llegó para cubrir un hueco salarial bastante reducido, como cuarto pívot, para aportar físico, ayudar en el rebote (es quizá el único que maneja el concepto de cerrarlo), colocar bloqueos y seguir a Prigioni en las continuaciones del pick and roll. Otra cosa es que la situación anómala que se ha producido lo haya convertido en el pívot titular de un equipo como el Baskonia, para lo que no está ni de lejos capacitado. Su rol quedaba claro cuando se supo que fichaba: aportar entre 10 y 15 minutos de intensidad mientras los otros jugadores interiores descansaban o se refugiaban de las faltas en el banquillo. Lo más duro del tema es que, aun con sus evidentes carencias, los mejores momentos del equipo vitoriano en los últimos partidos han llegado con el jugador de Baltimore sobre la cancha. Y es ahí donde creo que Ivanovic se equivoca de plano. Dorsey está en el grupo de jugadores que a la mínima se van al banquillo para no volver. Cosas de Dusko. De nada sirve que tanto en Atenas como en Murcia, ya sin Seraphin, el Caja Laboral más equilibrado que se ha visto haya sido precisamente el que saltó de inicio al parqué. Y no quiero que nadie malinterprete este análisis. No pienso que sea nada del otro mundo, pero desde luego es un jugador que, si asimila el nivel de contacto permitido y adapta algunos automatismos ofensivos con el base argentino, podría ayudar mucho más al equipo en estos momentos de vacas flacas.

No sé si para analizar al resto de jugadores que actúan en las posiciones de cuatro y cinco estas últimas semanas puede valer el concepto de interiores. A Mirza Teletovic poco se le puede criticar desde un punto de vista de entrega y actitud. Tampoco en acierto se le pueden poner pegas. Pero considerarlo como pívot es poco menos que un sacrilegio. El bosnio ayuda en el rebote, más por potencia de salto y por corpulencia que por concepto, pero su capacidad (o más bien incapacidad) defensiva queda reflejada cada partido. Y si forma pareja interior con Nemanja Bjelica, qué se puede decir. Los últimos partidos partidos han retratado la endeblez de una apuesta habitual en un Ivanovic que, incluso teniendo a Seraphin en sus filas, repetía con Milko Bjelica y el bosnio. El Baskonia lleva toda la temporada jugando sin presentar amenaza alguna en la pintura (salvando las contadas ocasiones en las que el poste galo de los Wizards estaba en cancha). El desequilibrio resulta evidente hasta un punto alarmante. Es por ahí por donde se está desangrando el proyecto, que como digo puede aún enderezar el rumbo si Lampe cumple los plazos, se recupera convenientemente de su lesión y finalmente la directiva da con ese pívot que busca en el mercado y que, me temo, acabará forzando con su llegada la rescisión de contrato de Dorsey.

El último en llegar ha sido un Vladimir Golubovic que ya sabemos lo que puede dar de sí: demasiado poco para lo que requiere en estos momentos el equipo. Pero no hay más. Su llegada no hace sino reflejar las complicaciones que presenta ahora mismo el mercado, con muchos equipos europeos buscando recambio a los inmigrantes del lockout que han realizado el camino de vuelta tras el acuerdo entre el sindicato de jugadores americanos y la patronal. A pesar de que su agente se lo ofreció al club vitoriano una semana antes, cuando quedó desligado de su anterior equipo y se supo que Seraphin debía volver a Washington, en un principio fue rechazado. Al final, y mientras se encuentra algo mejor, la coyuntura ha obligado al Caja Laboral a reclutar a un jugador que conoce la casa (formaba parte de la plantilla que ganó el tercer título liguero en 2010) y que goza de la confianza del entrenador. En cualquier caso, no es desde luego el antídoto a los problemas de un equipo que con este juego interior, con todo el dolor de mi corazón, creo que no puede aspirar a nada. Esperemos que al menos Ivanovic sepa ordenar sus piezas y sacar rendimiento al mucho talento con que cuenta en otras posiciones para salvar el match ball del miércoles y asegurar la entrada al Top 16. Si lo logra, el guión de esta película aún puede encontrar muchos giros.

10/12/11

Un ladrón de guante azulgrana

Pablo Prigioni ingresa en la historia de la Euroliga como el jugador que más balones ha robado en el torneo tras superar el pasado jueves a Teo Papaloukas



Se esconde para hacerse el encontradizo. Como los grandes felinos, aguarda el despiste de su presa, el momento oportuno para atacar. Al final llegará, siempre llega. Una o dos veces por partido, Pablo Prigioni ejecuta una jugada que ha patentado y que ahora le ha permitido ingresar en el listado de honor de la Euroliga. El timonel argentino se convirtió el pasado jueves en Atenas en el jugador que más balones ha recuperado a lo largo de la historia del torneo. Con los cuatro robos que sumó ante el Olympiacos, el jugador azulgrana alcanzó las 318 recuperaciones, una más que otro viejo zorro de las pistas, ahora en el Maccabi, como es el griego Teo Papaloukas.

Prigioni, ratero del parqué, ha elevado a la categoría de arte un movimiento que refleja la picardía sobre la que ha edificado su carrera el que a sus casi 35 años pasa por ser uno de los mejores directores de juego en la historia del baloncesto continental. Nadie saca tanto partido a la falta de concentración de sus oponentes. Saque de fondo tras canasta y ahí aparece, como de la nada. Nueve temporadas le han bastado para encaramarse a lo más alto de una nómina que coronan ilustres de la talla del propio Papaloukas, su compatriota Diamantidis, un fijo en los quintetos defensivos de la Euroliga como el incombustible Gianluca Basile, que es cuarto, y el ex del CSKA Jon Robert Holden. Un repóquer de ases sin parangón en el que el argentino ejerce como comodín.

Amado, repudiado, represaliado, silbado y finalmente amnistiado, Prigioni está sacando chispas al que muchos pensaban que podía ser su último contrato con un equipo que tuviera ciertas aspiraciones. Ahora todos lo dudan. Los cerca de 37 minutos que pasó sobre la cancha del Pabellón de la Paz y la Amistad el jueves, en un partido en el que Ivanovic era consciente de lo que había en juego, refrendan la impresión de que este ladrón de guante azulgrana aún tiene cuerda para rato. En vista del decepcionante rendimiento que está ofreciendo el púber Thomas Heurtel, el peso del argentino en los esquemas del cuadro gasteiztarra se ha disparado hasta convertirlo en uno de los pocos hilvanes que sostienen a un plantel bajo constante sospecha.

Prigioni ronda ya la media hora de juego de promedio en la competición europea. En un equipo que añora más actores protagonistas, se ha sumado a la vieja guardia, porque nunca dejó de pertenecer a ella, y está firmando uno de sus mejores cursos en la competición europea. Anota 6,8 puntos, captura 3,4 rebotes y reparte 4,6 asistencias por cita. Pero por encima de todo, roba, castiga los despistes del rival. En realidad, hace lo que siempre ha sabido hacer mejor que nadie y ahora ratifican los registros históricos de la Euroliga, competición que lidera en recuperaciones por partido (2,5 por compromiso) en la presente temporada y en la que también figura como segundo mejor asistente histórico, de nuevo por detrás de Teo Papaloukas.

Ahora la duda estriba en saber hasta cuándo le aguantarán las piernas para poder seguir el ritmo que Ivanovic y las limitaciones de su propio equipo le están imponiendo. Está mucho mejor de lo que muchos pensaban cuando fichó y, mirando las fechas de su DNI, recordaban sus dos irregulares campañas en el Madrid. Ya en verano, al frente de una selección argentina en la que Pepe Sánchez apenas le concedía algunos minutos de relevo, evidenció un sobresaliente estado de forma. Con la albiceleste, teniendo como principal rival al tipo que le sustituyó y al que ahora él sustituye, un Marcelinho Huertas que es todo piernas, no descansó hasta sentir en su cuello el peso del oro. Pero aquel era un torneo de corta duración y pocos jugadores, tengan la edad que tengan, pueden aguantar muchos meses al nivel de exigencia física y mental que ahora mismo reclama este Caja Laboral a sus pilares fundamentales.

Prigioni, a quien sus compañeros de vestuario describen como una roca, seguirá dando el máximo hasta que el equipo encuentre el equilibrio que tanto echa en falta y el técnico pueda equilibrar de nuevo el reparto de tiempo. Entretanto, se mantendrá agazapado, alerta, con los dedos, ágiles y malvados, dispuestos a castigar el menor error de sus contrincantes.

                                            TOP 10 DE LADRONES HISTÓRICOS DE LA EUROLIGA

                                                          Pos.                                                                Part.     Robos   Media
1PRIGIONI, PABLO1813181.76
2PAPALOUKAS, THEODOROS2223171.43
3DIAMANTIDIS, DIMITRIS1542881.87
4BASILE, GIANLUCA2072601.26
5HOLDEN, J.R.2092471.18
6GARBAJOSA, JORGE1442171.51
7LANGDON, TRAJAN1672161.29
8LAKOVIC, JAKA2101940.92
9PRKACIN, NIKOLA1451901.31
10NAVARRO, JUAN CARLOS1991890.95

3/12/11

Entrevista a Vidal

El viernes tuve la ocasión de entrevistar para el periódico a uno de los jugadores que han ayudado a escribir la historia más gloriosa del Baskonia. Sergi Vidal vive su tercera temporada fuera del equipo al que llegó como una ilusionante promesa y en el que se esculpió como un gran jugador que llegó incluso a vestir la camiseta de la selección española en una década en la que no ha sido en absoluto barato lograrlo. Mucho más maduro y reflexivo de lo que lo conocí durante su época en la capital alavesa, ofrece su visión desde la distancia de lo que está sucediendo en su antiguo equipo. El escolta catalán conserva la fe en Dusko.

"Aunque ahora haya quien pita a Dusko, si se ganan varios partidos esa gente que pita dejará de hacerlo"

Fue ídolo local, hijo predilecto de la afición y es el jugador con más títulos de la historia de un Baskonia que lleva en el corazón y cuya preocupante singladura sigue ahora desde Donostia. Sergi Vidal vuelve mañana a Vitoria en un partido en el que la grada expondrá su postura respecto a Ivanovic.

Formó parte de la plantilla del Baskonia durante casi una década, pero hace tres años que se marchó y ya ha vuelto Vitoria con otro equipo, en este caso el Madrid. ¿Sigue sintiendo algo especial cuando se aproxima un partido como el de mañana?
Sí, jugar contra el Baskonia y volver a Vitoria es siempre especial, y no porque tenga ninguna cuenta pendiente ni nada parecido, sino en el aspecto de que es un equipo y una ciudad donde he vivido muchísimas cosas, muchísimos años y me siento como en mi casa.

Ahora llega con un nuevo equipo, el Lagun Aro, en el que se ha consolidado como una pieza fundamental. Está siendo uno de los jugadores que más minutos acumula en ACB y ha cambiado su rol con respecto a su etapa anterior en Madrid. ¿Con qué sensaciones afronta el partido teniendo en cuenta que va a tener más responsabilidad sobre la cancha de la que tenía con su anterior club?
Sí, eso sin duda. Ya sólo con jugar voy a tener algún tipo de responsabilidad. Una cosa es lo que yo opine, sienta o pueda notar mientras estoy alejado o viéndolo desde la distancia y otra es lo que me asalta cuando salto a la cancha. Volverá a ser igual de especial porque tengo un enorme cariño por el club y una gran relación con algunos compañeros. Además, esta afición fue durante mucho tiempo la que me apoyó. En cualquier caso, cuando entre en el partido, obviamente trataré de hacer lo que he hecho siempre, jugar al máximo para defender los colores del equipo en el que estoy y para ganar.

Dice que la afición le ha apoyado durante mucho tiempo, incluso cuando ha vuelto. Este año se han abierto varios debates con respecto a viejos mitos del baskonismo, algunos de ellos grandes amigos suyos. ¿Cómo ve desde la distancia lo que se vivió en verano con Pablo Prigioni, al que algunos aficionados llegaron a pitar en su presentación?
Yo creo que todo el mundo conoce un poco la situación que ha vivido Pablo cuando ha vuelto a Vitoria a jugar con el Madrid y lo que pasó, pero ya lo he dicho en muchas ocasiones: creo que se pudo malinterpretar lo que dijo, o tal vez él se explicó mal en su momento. Ha sido siempre muy injusto ese trato que se le ha dado. Seguro que la gente se estará dando cuenta otra vez, y se darán más cuenta en el futuro, de que Pablo es uno de esos jugadores que han hecho historia en este club, que lo han dado todo por estos colores y que gracias a él somos muchos los que tenemos la suerte de haber logrado grandes cosas con el equipo en el pasado.

También es buen amigo de Tiago Splitter, con quien compartió vestuario durante muchos años. ¿Entendió que optara por otro equipo diferente al Baskonia para volver a ACB?
La verdad que a mí me sorprendió mucho el fichaje de Tiago, y no sólo porque viniera a Valencia. No esperaba que de repente fuera a volver a España. Tengo una gran relación con él pero no tenemos un contacto constante para saber qué iba o no iba a hacer, por lo que me sorprendió bastante. ¿Los motivos por los que no quiso volver a Vitoria? Creo que habría que preguntárselos a él.

Militó en las filas del Baskonia durante los años en los que el club dio el salto definitivo a la élite. Formó parte de plantillas inolvidables, con grandes estrellas, con jugadores que hicieron de este un club grande. ¿Ha perdido muchos enteros en grandeza este año la plantilla azulgrana?
Yo creo que la gente no acaba de identificarse con los jugadores. Este año ha sido un año especial. Ha habido muchos cambios, se han dado unas circunstancias especiales con el lockout de la NBA, jugadores que vienen, que van, la afición no acaba de identificarse. Saben que algunos son de paso, otros son nuevos... Necesitan más tiempo. En otras temporadas quizá también había muchos cambios, pero la sensación era diferente. Es al menos lo que yo percibo desde fuera. No creo que haya habido muchos años tan atípicos como este. Para mí la plantilla sigue siendo supercompetitiva y más que creer que es una plantilla de menor nivel, creo que hay otros equipos que por sus ventajas económicas y por los condicionantes especiales del lockout han podido fichar a grandes estrellas y son estos otros los que han dado un paso adelante mientras los demás siguen como antes. Pero no puedes llegar hasta ese nivel.

¿Cómo llega el Lagun Aro a Vitoria? Si se atiende a la clasificación, apurados, porque suman sólo dos triunfos, pero si se estudia pormenorizadamente partido por partido por caso, ha habido muchas ocasiones en las que han caído por rentas muy cortas. ¿Es suerte lo que les falta para dar ese paso adelante que suponga victorias?
Supongo que cuando te juegas los partidos, o la mayoría de ellos, a cara o cruz, hay muchos jugadores que pueden decantar la balanza para un lado o para otro. Ha habido cuatro partidos que hemos perdido de tres, otro de cuatro, otro de seis y otro de ocho, creo recordar. No estamos tan mal como la clasificación refleja, pero a día de hoy ésa es la realidad que vale y la posición en la que estamos. Sólo podemos ir trabajando para poder mejorar y poder al final llevarnos esos partidos y sumar victorias.

¿Espera recibir el cariño del público vitoriano cuando salte a la cancha del Iradier Arena mañana?
Sí. La verdad es que cada vez que he vuelto a Vitoria, y no sólo a jugar, también cuando voy de visita, siempre recibo muestras de cariño y de afecto de la gente. Para mí es muy bonito volver a Vitoria y tener esa sensación. Cuando la gente te trata así piensas: ‘Algo bien habré hecho en esos nueve años’. Sobre todo esa sensación la tuve mucho cuando volvía con el Madrid y mi situación era la que era. Cuando estaba pasando esos momentos difíciles, volver a Vitoria y recibir ese cariño era algo muy importante.


Buena parte de esos nueve años de los que habla estuvo a las órdenes de un Dusko Ivanovic que, pese a ser el entrenador más importante de la historia del club, se encuentra también cuestionado últimamente, hasta el punto de que en el último partido del Caja Laboral en la capital alavesa, ante el Fenerbahce, recibió pitos. ¿Puede entenderlo?
La verdad es que no tenía ni idea de que había habido pitos. Al final esto es como todo. Muchas veces, en la vida que llevamos nosotros en el deporte, en la competición, cuando se gana eres muy bueno, cuando se juega bien eres muy bueno, cuando se pierde eres muy malo y cuando juegas mal eres un paquete. Nosotros tenemos que estar siempre sabiendo que estamos en esa situación donde a pesar de que siempre tratas de hacer lo mejor, no siempre lo consigues. La gente espera eso. Y a veces, cada uno reacciona como cree que debe hacerlo. Igual ahora hay pitos pero si se ganan varios partidos esa gente que pita dejará de hacerlo. Seguro que serán los primeros en aplaudir, porque al final lo que todos quieren es que su equipo sea lo mejor posible y gane siempre. Entonces, al final, cuando consigues eso da igual quien juega o quien está al frente, los resultados son los que mandan.

Os dejo el link a la web de Diario de Noticias de Álava por si os apetece ver la entrevista como se publicó y algo más de información sobre el Baskonia.

1/12/11

La hora de Oleson

El Baskonia sufre ante la ausencia de alternativas ofensivas a Teletovic y San Emeterio. La marcha de Reggie Williams, el tipo escogido para asumir ese rol, vuelve a girar el foco ante el interminente escolta de Alaska



Es el jugador al que todos esperan pero nunca acaba de llegar. La paciencia tiene límites, marcados por las circunstancias internas de un equipo y la externas, las propias de la competición, y a muchos aficionados del Caja Laboral se les comienza a agotar cuando se trata de Brad Oleson. El hombre llegado del frío continúa sin dar el paso adelante que se le reclama desde que aterrizó en la capital alavesa. Obligado a asumir protagonismo en una posición heredada de un anotador legendario como Igor Rakocevic, al norteamericano le llega la hora de la verdad.

Con Reggie Williams de vuelta en Estados Unidos, un Dragic a punto de seguir el mismo camino y un Pau Ribas que parece llamado a asumir un papel de especialista secundario -y no está defraudando en esa faceta, queda en sus manos la responsabilidad de elevar varios puntos el nivel ofensivo de un equipo que sufre ante la ausencia de alternativas a Mirza Teletovic y Fernando San Emeterio en facetas anotadoras.

Al exjugador del Fuenlabrada, desechado por Messina para el Madrid, se le achaca una intermitencia que por desgracia para él queda refrendada sobre el papel de la estadística. Combina una de cal y una de arena, parece incapaz de enlazar dos actuaciones estelares y ofrece demasiadas dudas, hasta el punto de que en las altas esferas del club se planteó este año, después de muchas temporadas sin hacerlo, la opción de triplicar el puesto de escolta. Oleson, de hecho, pudo haber salido el pasado verano del Baskonia. Sólo las lesiones y la falta de sintonía entre el técnico y Reggie Williams impidieron que el exterior de Alaska perdiera la titularidad que Ivanovic le concedió el pasado curso. El montenegrino confía en él. Su entrega y su lectura del juego, sobre todo en defensa, representan virtudes de inmenso valor para los pupilos del balcánico. Pero le falta algo más. Y la gente y el momento por el que atraviesa el equipo se lo reclaman; se lo exigen.

El jueves pasado, ante el Fenerbahce, reaccionó, cuajó su mejor partido de la temporada en la Euroliga (13 puntos y 34 minutos). Pero lo que parecía su despertar definitivo quedó en agua de borrajas, en un simple espejismo. Dos días después, en la derrota del Martín Carpena, Oleson volvió a las andadas (sólo 3 puntos).

Lo habitual suele ser todo lo contrario. El tímido exterior americano se encuentra más cómodo en la Liga Endesa (10,4 puntos y 9,3 de valoración por cita) que en la Euroliga, donde sus números se reducen de manera drástica (4,8 puntos y 4,3 de valoración). En un momento de zozobra como éste, con el club metido de lleno en el mercado pese a la escasez económica, debe demostrar que tiene lo que hace falta y no es necesario fichar otro jugador en su puesto para cubrir la salida de Williams y Dragic.

(Artículo publicado en la edición del 1 de diciembre de 2011 de Diario de Noticias de Alava. Os dejo el link a la noticia en la web del periódico)