26/3/12

El carácter del carácter

Nocioni, referente del espíritu azulgrana, regresa en un momento de máxima necesidad para aportar un punto de equilibrio y alma al Caja Laboral, a pesar de que su perfil no era en inicio el buscado



Se ha forjado a lo largo de su medio siglo de historia el Baskonia una leyenda de equipo irreductible, de espíritu inmune a la rendición, que en los últimos tiempos, sobre todo en estos dos últimos ejercicios, ha tenido más de mito que de realidad. El carácter que siempre se le ha presupuesto al combinado vitoriano, más todavía en las épocas en las que el sargento Ivanovic ha estado al mando de las operaciones, se marchó por el sumidero conforme desaparecían de su plantilla algunos de los grandes iconos que lo condujeron a la aristocracia durante la pasada década. Este ejercicio, tan marcado por las calamidades, no ha representado una excepción. Más bien al contrario. Ha supuesto la confirmación de que el cuadro azulgrana, aun manteniendo los jugadores de calidad y la ambición que siempre le han permitido elevar un punto sus objetivos, había extraviado en cierta medida ese espíritu que puede haberse recobrado justo a tiempo.

La llegada de Andrés Nocioni ha devuelto la fe a la siempre devota hinchada baskonista. El mero anuncio de la contratación del argentino, que regresa a casa con la intención de volver a sentirse jugador tras una oscura etapa en Philadelphia 76ers, ha tenido un tremendo efecto terapéutico entre los aficionados y ha invitado a los pronosticadores a replantearse las opciones del combo alavés de cara a la pelea por el último título que queda en liza dentro de un curso que se ha revelado amargo.

Andrés Nocioni, puro carácter, seguramente uno de los jugadores que mejor ha encarnado en la historia del Baskonia los valores de los que se presume en el Buesa Arena, llega con la misión de devolver el alma a un equipo desnortado y que había comenzado a perder la conexión con un segmento de la grada. Josean Querejeta ha recurrido para devolver el pulso a un hombre que lleva un año casi en blanco y que, por si fuera poco, no encaja con el perfil buscado. Pero no hay miedo.

Resulta obvio que en cualquier otro punto del globo terráqueo su contratación habría generado muchos interrogantes. En Vitoria no. En la capital alavesa ha generado toneladas de ilusión. Más allá de que su estado de forma pueda resultar una incógnita (en Philadelphia ha jugado 11 partidos este curso con una media de 5 minutos por cita) y de que en absoluto aparezca como el exterior anotador en función del que se rastreaba el mercado, el fichaje de Nocioni tiene tantos matices políticos y anímicos como deportivos. Quizá más.

El Cid Nocioni

Nada es casual cuando se trata del Baskonia. El Chapu, como El Cid en la batalla de Valencia, puede aportar sin bajarse del caballo. Su llegada a un grupo deprimido, inconsistente de espíritu, que ha firmado la primera campaña en la Euroliga sin Top 16 y ha alternado actuaciones decepcionantes con alguna sonada muestra de capacidad, ya constituye por sí sola una garantía de que el cuadro azulgrana va a recobrar ciertas dosis de orgullo.

Por supuesto, no estará solo. El cambiador del inquilino del Buesa Arena cuenta con algunos otros elementos que han dado sobradas muestras de ese carácter que transporta a tiempos pretéritos. Sigue en la plantilla el grueso de los componentes del equipo que dinamitó todos los pronósticos para doblegar con contundencia al Barça y conquistó el tercer título liguero. Aquella ya histórica final encumbró a San Emeterio, laureado un año después con el galardón como mejor jugador de la ACB, y en él estaban también Ribas, Oleson y Mirza Teletovic, el elegido para recoger el testigo de Tiago Splitter. El bosnio, jugador sobrado de facultades, con un prometedor futuro seguramente al otro lado del Atlántico, fracasó cuando llegó el momento de erigirse en el líder del equipo. Y, entre otras cosas, ese fue uno de los motivos que impulsaron al club, a pesar de la oposición, a recuperar a un Pablo Prigioni que ha tratado de tirar anímicamente del carro. El timonel de Río Tercero ha estado demasiado solo en esa tarea. Pero eso se ha acabado con la llegada de su compatriota.

A Nocioni, que busca el punto óptimo de forma para los Juegos de Londres y trata de buscar un último jugoso contrato, se le va a exigir más compromiso que baloncesto, más labor de líder que canastas, pero no es manco. Sigue siendo un jugador con capacidad para marcar diferencias fuera de la NBA, como demostró el pasado verano en el Preolímpico con Argentina. Y además, y no es cuestión baladí, ayudará a reconciliar al equipo con toda la grada. No es fácil llenar un recinto con 15.000 asientos.

Os dejo al link al artículo, que apareció en la edición del domingo 25 de marzo en Diario de Noticias de Álava.

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