9/4/13

Tabak mantiene la exigencia


El hambre de gloria del técnico croata sostiene las esperanzas de un equipo que afronta un reto mayúsculo en los cuartos de final de la Euroliga



Zan Tabak se consagró ayer como icono baskonista. En un gesto que quizá haya podido pasar un tanto desapercibido ante todo lo que se está hablando en torno al duelo entre Caja Laboral y CSKA en los cuartos de final de la Euroliga, el técnico croata se encargó de fijar el listón de la exigencia en parámetros que no deberían rebajarse bajo ningún concepto. Un compañero preguntó en la sala de prensa del Buesa Arena sobre la diferente óptica con la que en teoría encaran la serie ambos equipos. En la pregunta parecía ir implícita la constatación de que el equipo azulgrana ya ha cumplido porl el mero hecho de colarse en el Top 8 y fue el propio Tabak quien reaccionó para recordar las señas de identidad de un club que ha forjado su grandeza a base de superar obstáculos que de antemano parecían insalvables.

“No podemos acudir nunca a un partido pensando que no pasa nada si perdemos. El Baskonia no es así”, terció el preparador balcánico. “Cuando me dieron este trabajo acepté el reto de ser entrenador del Baskonia y creo que el Baskonia nunca puede entrar en una cancha diciendo que no tenemos nada que perder. No somos un club así. Sin importancia de la plantilla que tengamos, no podemos ir a un partido pensando que no pasa nada si perdemos. Hay un nombre por detrás y una historia que cuando saltas a una cancha debes proteger. Por eso no puedo aceptar este tipo de actitudes”, añadió.

Estoy convencido de que sus palabras supusieron un bálsamo para el baskonismo, desde las altas instancias del Buesa Arena a los aficionados de a pie. Este equipo no puede permitirse perder la exigencia, que ha sido seña de identidad y motor. A nadie se le escapa que la dificultad aumenta cada temporada. La brecha económica con los principales presupuestos, entre los que el CSKA figura a la cabeza, está ahí. Pero esto es deporte y los rusos no van a jugar con siete. Jugarán con cinco. La empresa se presenta muy difícil, pero no es imposible, ni como mínimo inabordable.

Mucho se ha escrito y hablado sobre el nivel y la capacidad para desconectar de la actual plantilla. Es probable que, a simple vista, el colectivo azulgrana no parezca tan deslumbrante como versiones anteriores. Sin embargo, ¿cuántas de las gestas escritas con letras de oro en las páginas del baskonismo llegaron en situaciones de aparente inferioridad? Yo diría que la mayoría. Y en todas ellas la exigencia sirvió como motor, vehiculó la ambición de un equipo que jamás ponía excusas ante la aversidad. Tabak tampoco quiere hacerlo. Todo lo contrario. En lugar de cobijarse en las limitaciones que puede presentar su plantilla, huérfana de un base contrastado, quizá algo coja en la pintura, se exige y exige.

Hacerse un nombre en Europa

Ayer tuve oportunidad de charlar un rato con Maciej Lampe y su discurso reflejaba que, contra lo que parece un descenso generalizado de la exigencia en el entorno, en el vestuario se tienen las cosas claras. Luego es posible que la calidad no dé, que falten gasolina y mimbres para alcanzar la gloria, pero al menos los jugadores conservan el hambre. El polaco tiene claro que el cuadro baskonista se encuentra ante una oportunidad única. “Podemos hacer algo muy grande, tanto para cada jugador individualmente como para el equipo. Tenemos un equipo muy joven. Es el primer año con toda esta gente. Estoy seguro de que cada uno de nosotros querrá hacerse un nombre en Europa y este es el momento en el que podemos lograrlo”, afirmaba.

Lampe tenía mucha razón. En la actual plantilla del Caja Laboral no hay un solo jugador que haya disputado una Final Four. Tampoco lo había en la plantilla que en 2005 se presentó en Moscú para disputar la primera en la historia del club. Muchas de las figuras que lucen en el retablo de la capilla azulgrana se forjaron su leyenda a base de superar imposibles. No quiero decir con esto que la calidad del equipo no haya bajado. Sólo digo que las esperanzas de la parroquia baskonista sólo pueden sostenerse en un nivel de exigencia externo como el que se ha tenido siempre y en el apetito de gloria los propios jugadores. Causeur, Heurtel, Pleiss o Nemanja son jugadores jóvenes que, como dice Lampe, tienen en su mano la opción de forjarse un nombre. Y no sólo los jugadores. Conviene tener presente que el propio Tabak es un entrenador novato. También se juega su futuro, su prestigio. Su ilusión ha resultado un ingrediente fundamental en la resurrección de un equipo que parecía muerto. Me alivia ver que su nivel de exigencia se mantiene intacto pese a sus pequeñas conquistas. Rebajarlo desde el exterior no ayuda en absoluto al equipo.

1 comentario:

diraculis dijo...

Pues ahí como dices la eliminatoria no es nada fácil y lo tenemos claro, pero creo que contando con el juego que tiene el el equipo y sumándole un mucho de garra por lo menos podemos dar guerra y a lo mejor la sorpresa.
Me gusta ver a Tabak en líder y en no nos vamos a relajar.
Esperemos que luego podamos celebrarlo