Un pésimo último cuarto en el que sólo suma dos puntos desemboca en la primera derrota de la selección, que acusó la ausencia de Pau Gasol
Como si de un enfermo aquejado de trastorno bipolar se tratara, la selección española de baloncesto ofreció ante Turquía una imagen diametralmente opuesta a la que había maravillado a todo el mundo unas horas antes frente al anfitrión. España es capaz de lo mejor y de lo peor. Depende de su propia inspiración. Cuando quiere, avasalla sin piedad al rival más cualificado. Cuando se desactiva, si deja a un lado el hambre que la ha guiado durante su reciente gloriosa etapa, puede llegar al punto de ofrecer espectáculos tan desconcertantes como el que escenificó en el último cuarto ante el combinado otomano, en el que apenas fue capaz de lograr dos puntos en diez minutos y quedó abocado a encajar su primera derrota de un torneo en el que se reduce sobremanera su margen de error.
España se asemeja más al ciclón que destrozó a Lituania el domingo que al equipo melifluo y desquiciante que menguó hasta límites ridículos en los estertores de un duelo que todo el mundo esperaba como el de la confirmación del puñetazo sobre la mesa de la víspera. Aunque es cierto que el equipo de Sergio Scariolo encaró el duelo sin su principal estrella, un Pau Gasol reservado por problemas en un tobillo, resulta difícil explicar el bochornoso ejercicio de impotencia con el que dejó que un encuentro aparentemente controlado se le escurriera entre los dedos.
Ningún equipo gana los partidos sin bajarse del autobús. Ninguna ventaja resulta definitiva hasta que se consumen los cuarenta minutos de juego. Nadie está a salvo de atravesar una pájara. Pero lo de esta derrota, por mucho que se enmiende en posteriores citas, que se hará, entra en los márgenes de lo intolerable. Sólo queda una duda: saber si el apagón postrero que acabó por conceder el triunfo a una anárquica y agonizante selección otomana respondió más a un problema con la reserva de la gasolina, que desde luego Scariolo poco hace por resolver con sus inexplicables rotaciones, que a un exceso de confianza, relajación o desidia. Ninguno de los dos supuestos resulta en exceso tranquilizador. Pero el segundo al menos garantiza que en los duelos en los que se decidirán los metales, en los que de verdad valen, volverá a aparecer la mejor versión.
Un perfil terrenal pero suficiente
Sin su gran faro, la selección adoptó un perfil terrenal pero suficiente para haberse llevado la victoria. De no haber mediado el desfallecimiento de ese último y sonrojante parcial, en el que España sólo sumó por medio de una canasta de Felipe Reyes –uno de los pocos que dio la cara en todo momento–, la victoria habría sido una consecuencia lógica. Mientras mantuvo sus constantes vitales en el orden de la normalidad, gobernó el marcador con cierta comodidad. Marc Gasol y Serge Ibaka impusieron su ley en las zonas, Rudy evidenció que ha llegado al torneo con ganas de hacer algo grande y las aportaciones de músculo desde el banquillo, en las figuras de Felipe y Víctor Sada, garantizaron unas rentas con las que España navegó a favor de la corriente hasta que se le fundieron los plomos. Ahí, con treinta minutos consumidos, los pupilos de Scariolo propiciaron la resurrección de un rival superado.
La ventaja al comienzo de ese horroroso cuarto, sin ser definitiva (55-49), se antojaba suficiente para zanjar un choque en el que volvió a aparecer, sin excesiva fortuna, Fernando San Emeterio. El alero del Caja Laboral, que ingresó en la cancha a los pocos minutos, sufrió en sus carnes el talento del genial Hedo Turkoglu y luego el descaro juvenil de la futura estrella del baloncesto otomano, un Preldzic que acabó como el máximo anotador tras exhibir muy buenas maneras.
Asik se agiganta bajo los aros
Ambos fueron determinantes en el despertar del combinado turco, junto al exbaskonista Ender Arslan y el poste de los Chicago Bulls Omer Asik. Cuando todo parecía decidido, más por las sensaciones que por la contundencia del electrónico, un triple de Onan concedió a su equipo una ventaja que jamás había tenido pero que ya nunca perdería. El dominio antes incontestable de Gasol e Ibaka en la zona se esfumó y Asik se agigantó para producir en la pintura y desde la línea de personal.
Para entonces a España ya se le habían fundido los plomos, se le había agotado la batería. La canasta de Felipe a los dos minutos de arrancar el epílogo del choque no encontraría compañera. Scariolo se empeñó en conceder la batuta a Ricky Rubio cuando los balones más quemaban y el equipo ardió en la hoguera junto a su timonel. Sólo queda esperar que sea un espejismo. Hay margen de error y una imagen que lavar.
57 ESPAÑA Calderón (5), Navarro (9), Rudy (11), Ibaka (9), Marc Gasol (12) –cinco inicial–, Ricky, Sada, Llull, San Emeterio, Reyes (11).
65 TURQUÍA Tunçeri, Onan (5), Turkoglu (12), Ilyasova (6), Asik (12) –cinco inicial–, Arslan (10), Preldzic (18), Guler, Kanter (2).
Parciales: 19-10, 19-25, 17-14, 2-16.
Arbitros: Radovic (CRO), Sutulovic (MNE) y Javor (SLO). Sin eliminados
Pabellón: Cido Arena. 3.500 espectadores.
2 comentarios:
Excusas, excusas y excusas.
Al señor Scariolo le respeto por ser el entrenador que nos trajo el oro en el último europeo con un partido sobresaliente en la final contra Serbia, así como la plata de las Olimpiadas de Pekin.
Sin embargo, la excusa de que no estaba Pau no debería valer sabiendo que en aquella final contra Grecia ganamos 70-47 sin Pau, o que ayer nos faltaron puntos al contra ataque... Estimado señor Scariolo, en la final de las Olimpiadas de Pekín perdimos en el mejor partido de nuestra historia (según titula Marca) y sólo hicimos 2 puntos de contra ataque.
Los motivos: mala dosificación, mal ataque en defensa estática, mala aportación del banquillo (salvo Ibaka) y malísima dirección técnica desde el banquillo.
Se veía venir lo que iba a pasar y no hubo ninguna reacción.
Esta es la selección que queremos todos y en la que confiamos pese a Sergio Scariolo al que respeto por los resultados de 2009 y 2010 pero al que critico por el partido los partidos de ayer y de Polonia.
un Saludo
Olvidé incluir el link con las estadísticas y el titular que persiguirá siempre a Marca...
http://www.marca.com/jjoo/2008/2008/08/24/baloncesto/1219566575.html
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