18/11/11

El gestor del esfuerzo

Los malos resultados del Caja Laboral, acompañados de una pésima imagen y una alarmante falta de ideas, reabren el debate sobre la capacidad de Ivanovic para gestionar una plantilla que parece que podría dar más de sí


El otro día, cuando abandonaba el Iradier Arena tras la derrota del Baskonia en el duelo de Euroliga ante el Gescrap Bizkaia y trataba de poner en orden las horribles sensaciones que me arrojó el partido, un amigo me ofreció una reflexión que me ha hecho darle muchas vueltas al coco. "Ivanovic sólo sabe gestionar esfuerzos, no sabe gestionar el talento", me dijo este amigo. Y esas palabras me parecieron terriblemente ajustadas a la realidad que el baskonismo ha vivido a lo largo de la prolífica etapa del montenegrino en la capital alavesa. El debate sobre el banquillo está abierto hace semanas. En realidad, se abrió en el mismo momento en el que Josean Querejeta decidió contra pronóstico renovar su confianza, con un contrato de dos años, en el entrenador más importante de la historia del club justo al concluir una de las peores temporadas desde que el conjunto azulgrana se asentó en la élite del baloncesto continental. Seis años más tarde, el Baskonia cerraba un curso sin echarse un título a la boca, completaba la primera campaña desde la 2001/2002 (la del doblete de Dusko) sin disputar una final. Muchos pensaron que había llegado el momento de apostar por un cambio, y no sólo por los resultados. Querejeta, en ese momento, no lo vio de esa manera. Pero las cosas han variado mucho en sólo unos meses.

La imagen que ofreció el Caja Laboral en el derbi del miércoles ha provocado que el número de detractores de Ivanovic haya crecido exponencialmente. En una ciudad en la que el baskonismo es una religión y Dusko su profeta, durante mucho tiempo ha dado la sensación de que criticar al técnico montenegrino podía resultar poco menos que una herejía. Sus defensores esgrimen la hoja de servicios del técnico balcánico, el glorioso historial del cuadro gasteiztarra bajo su férreo mando, y el último milagro, el del tercer título liguero conquistado contra todo pronóstico contra un Barça intratable. No seré yo quien reste mérito alguno a Ivanovic. Pero el debate que ha generado el caos que rige este año el juego del Caja Laboral no debe entenderse en clave de juicio final, como una puesta en cuestión de sus méritos pretéritos. Se pone en tela de juicio el rendimiento que está extrayendo el entrenador de una plantilla que, desde fuera, da la sensación de que podría dar mucho más de sí.

Un zapato de cristal para Dusko

Cuando acabó la que, como he dicho, fue la peor temporada en muchos años para el Caja Laboral, a la directiva del Buesa Arena se le abrieron dos caminos entre los que escoger para enmendar el rumbo. En vista de la evidente falta de sintonía entre el técnico y su plantilla, Josean Querejeta debía renovar el batallón o elegir a otro oficial para dirigirlo. En vista de todos estaban las carencias en cuanto a carácter del plantel que Ivanovic tenía en sus manos. Pero también el hecho de que al entrenador de Bijelo Polje se le acababa el contrato. No fueron pocos los que hablaron de ciclo agotado, y empezaron a sonar nombres de posibles sustitutos. Al final, la directiva optó por dar un giro radical a la composición del vestuario. En parte influenciada por la situación de las arcas del club, se desprendió de varias de las figuras de la plantilla y reclutó a una serie de jugadores que, se pensaba, iban a encajar mucho más con el códice baloncestístico de su sargento de hierro. El paso de las semanas ha demostrado, sin embargo, que el ramillete de jugadores contratados durante el pasado verano tampoco colman las exigencias de un Ivanovic que ofrece síntomas evidentes de desesperación, desconocidos en el pasado, durante los partidos.

El montenegrino, gestor de actitudes, de compromisos, de esfuerzos, siempre ha fijado un precio muy elevado a su confianza. Ganársela no es sencillo para los jugadores que llegan de nuevas a sus vestuarios. Pero esta vez se está llegando a una situación casi dantesca. El técnico montenegrino se apoya en la vieja guardia, una vieja guardia por cierto diezmada tras la renovación, para tratar de conceder cierta solidez a un proyecto que está haciendo aguas. De todos los refuerzos que aterrizaron a comienzos de temporada en Vitoria, sólo uno está gozando de cierta continuidad en los planteamientos del entrenador. No resultaría nada llamativo de no ser porque ese jugador del que hablo es alguien que ya pasó con nota el periodo de prueba que Ivanovic exige a sus pupilos. Prigioni es el único de los fichajes de esta temporada que dispone de más de veinte minutos por partido. Ayudado por la bisoñez de un Thomas Heurtel al que le está viniendo grande el proyecto, el argentino ha recuperado los galones que cedió a Marcelinho cuando salió rumbo a Madrid. El resto de las apuestas de la directiva, esos jugadores contratados para ajustarse a los dictados del técnico, malviven sin rol, sin conciencia clara de lo que se quiere de ellos, y apenas han ofrecido pinceladas de lo que pueden ofrecer a la causa.

El compromiso sobre el talento

Es aquí donde recuerdo las palabras de ese amigo. Si Ivanovic es un gestor de esfuerzos más que de talento, como quizá nos ha mostrado a lo largo de sus ya nueve años al frente de este equipo, ¿debemos pensar que lo que falta esta temporada en el vestuario del equipo azulgrana son jugadores capaces de comprometerse? Me cuesta creerlo. Por el perfil de muchos de ellos, buscaría otras razones más intrincadas mediante las que tratar de entender por qué el preparador montenegrino se abraza a los clásicos (Teletovic, San Emeterio, Oleson, Prigioni y Ribas) y ofrece tan escasa confianza al resto. Basándonos en las dos premisas de las que habla la teoría del esfuerzo y el talento, podríamos dividir a los jugadores en cuatro categorías: los que tienen ese talento natural para el baloncesto, los que gozan de la capacidad de compromiso que debe de hacer falta para jugar en este equipo, los que reúnen ambas cosas y los que no tienen ninguna de ellas. Mirándolo por ese lado, estoy muy de acuerdo con la frase de mi amigo: a Ivanovic sólo le valen dos de esas cuatro categorías de jugadores, y la capacidad de sacrificio es lo que prima en la criba.

El problema para el preparador balcánico es que en este club ha habido muchos jugadores comprometidos pero también sobrados de talento en el pasado que ahora se echan mucho en falta. Basta con recordar a un tipo que en los últimos días ha sido noticia por marcharse a otro equipo de la ACB, con el dolor que eso conlleva para la hinchada vitoriana, o a otros tantos que aún hoy se recuerdan con nostalgia (los Scola, Nocioni, Bennett, Oberto, Perasovic...). Ahora Dusko se aferra a un ramillete de jugadores en los que el compromiso prima muy por encima del talento, en su guardia pretoriana habitual. Y fija su nivel de exigencia tan alto y desequilibrado para con los nuevos que a casi todos les resulta imposible ganarse su confianza. No es nada nuevo en realidad. Esto viene sucediendo desde que regresó de su aventura en el Barça. En los últimos años se cuentan con los dedos de una mano -y sobran- los fichajes que han logrado hacerse con un puesto de responsabilidad. ¿Qué ha cambiado en este tiempo? ¿Ha perdido el tino la secretaría técnica a la hora de fichar? ¿Los Scola, Nocioni, Splitter y compañía venían de serie con una capacidad de sumisión y entrega que no portan los jugadores actuales? Cada uno tendrá su opinión al respecto.

Son legión los que aconsejan prudencia y exigen tiempo de maduración al proyecto antes de emitir juicios definitivos. Bien es cierto que nadie creía en Ivanovic ni en el Baskonia hace dos temporadas, cuando llegó el último orgasmo colectivo de la afición azulgrana con esa final de la ACB en la que ninguno confiaba en lograr nada. Pero lo cierto es que el miércoles fuimos muchos los que abandonamos el pabellón con una terrible sensación de importencia. A Dusko siempre se le ha acusado de ser un entrenador con escasa cintura táctica. Se ha dicho que es un gran estratega, exquisito a la hora de gestionar plantillas y preparar los partidos, pero que carece de capacidad para la reacción. Este año, sin embargo, hasta los conceptos que se daban por seguros se pueden cuestionar. No hace falta tener un título superior para detectar la escasez de recursos ofensivos que ofrece el equipo azulgrana este año, en el que está malviviendo gracias al feroz instinto anotador de Mirza Teletovic. En el choque ante el equipo bilbaíno detecté una terrible falta de ideas, de recursos. Uno de los mejores equipos del continente no puede fiar todas sus maniobras ofensivas a la insistente apuesta por el dos para dos, a la búsqueda constante de un pick and roll para el que a Prigioni le faltan socios (o no se los proporcionan desde el banquillo). Ivanovic, por supuesto, lo ve. Su lenguaje verbal denota una agitación interior que yo no le recuerdo. Comienza a desesperarse.

Hasta la fecha los resultados han ocultado en cierta medida la realidad. Se había edificado un castillo de naipes gracias a las tres victorias consecutivas con las que el Caja Laboral arrancó la Euroliga y a su aceptable rendimiento en una ACB que le ha regalado un calendario en cierto modo benévolo para comenzar. Es muy probable que Ivanovic, como marca la tradición, acabe cerrando la boca a sus detractores. No pretendo sumarme a los que ya piden su cabeza, que por lo que oigo y leo cada vez son más, sino exponer un diagnóstico de lo que me parece una realidad tan evidente como preocupante. Uno de los grandes faros del baskonismo moderno está perdiendo brillo, se apaga su luz. Hace semanas que sus entradas al parqué carecen del acompañamiento de la ovación que siempre le proporcionaba la grada. Ese es uno de los síntomas más inequívocos de que algo sucede. También es cierto que cuenta con una gran legión de adeptos que lo defienden a capa y espada, aunque empieza a dar la impresión de que todos sus argumentos se basan en términos pasados. Me han preguntado esta semana varias veces hasta cuándo veo a Dusko al frente del Caja Laboral. Lo tengo muy claro: hasta que Querejeta piense que la situación es tan insostenible que las miradas, en lugar de hacia el banquillo, se dirijan hacia el palco. Esta misma semana el máximo dirigente del Baskonia ha hablado sobre el tema. Sus palabras venían a confirmar su plena confianza en el técnico montenegrino. Su tono, no.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

"Ivanovic sólo sabe gestionar esfuerzos, no sabe gestionar el talento"

Ahora llamamos a las gilipolleces reflexiones.

Anónimo dijo...

"No pretendo sumarme a los que ya piden su cabeza"

Ya. Pues bien que lo disimulas.

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo, es más, el año pasado Ivanovic debió salir y ahora lo estamos pagando. yo si pido la cabeza de Ivanovic, no hay ideas no hay tactica, no hay capacidad de dirección solo de intimidación, no ha evolucionado como entrenador y se le empiezan a ver demasiadas carencias...

@ForoBaskonia dijo...

Peje...
http://www.youtube.com/watch?v=iqhhIr-XsU0
:-)
@ForoBAskonia

Zuriñe dijo...

ni si, ni no, ni blanco, ni negro... está claro que el equipo no carbura, y que el propio dusko muchas veces, no sabe por donde tirar.

está el equipo igual que el año pasado, pero se perdonaba por los temas personales de dusko?? y este año no se "perdona"???

yo creo que, aunque en pocas ocasiones, el equipo ha enseñado qeu puede funcionar, y hacer cosas bien... solo falta qeu lo hagan los 40'...

lo dicho, ni si, ni no, ni blanco, ni negro.... :-/

jordi perramon dijo...

primero no soy del baskonia, segundo no me gusta dusko, tercero lo he sufrido en el barça y lo criticare con concimiento de causa, tercero hablare como alguien que ama este deporte, que es jugador, que ha sido entrenador de seniors, directivo director tecnico y que ha ayudado a fundar un club desde la nada.
Dicho esto, me parece increible que alguien aun defienda a dusko, un entrenador que tacticamente es nulo, sin capacidad para dar la vuelta a un partido, incapaz de sacar rendimiento a sus jugadores, cuando leo a algunos decir que se le mantiene por lo que ha ganado con baskonia...srs. vosotros mejor que yo sabeis de la enorme calidad que ha disfrutado dusko, tener a nocioni, scola,splitter,oberto,calderon, priggioni, majciglauskas y algun otro que seguro que me olvido, con esa gente en el equipo habria que analizar no lo que ha ganado...si no lo que ha dejado de ganar, y yo estoy seguro que con otro entrenador...mejor dicho con un entrenador mediocre hubierais ganado el doble de titulos. Se que diciendo esto mas de uno pensara que soy un gilipollas, me parece bien, pero Ivanovic no sabe dirigir los partidos, consigue que jugadores de calidad contrastada no rindan nada, pero cuando digo nada es nada, tacticamente...es un 0 ala izquierda, su obsesion en contra de la zona, su escasa o nula capacidad para cambiar el signo de un partido, aparte sus tozuderias y su escasa capacidad de analisis de los partidos le llevan a regalar partidos que tiene ganados, y como unica respuesta se le ve con los brazos en jarras y su mirada de desprecio.
Por otra parte, desde mi punto de vista, es incapaz de reconocer que se equivoca, que erra como todos, y lo mas vergonzoso, fue la rueda de prensa justo antes de que en el barça lo echaran, en que simplemente dijo con este equipo no puedo hacer mas...quizas lo correcto hubiera sido decir..no se mas, porque tener en un equipo a fucka, ilyasova, vazquez entre otros y no saber sacarles rendimiento es de una clara muestra de incapacidad, personalmente yo no le daria a entrenar ni un equipo amateur, ya que pienso que es un tio sobrevalorado, que teniendo recursos en forma de jugadores los desaprovecha, los maltrata y los humilla por sistema, conozco decenas de entrenadores entrenando en categorias inferiores en cataluña que tacticamente, le dan mil vueltas, que en conocimiento del juego le dan 10 mil...
El dia que deje la ACB sera sin duda un paso adelante para el baloncesto...saldremos ganando.

Por cierto me parece muy feo, firmar un post metiendose con el autor de este blog, como anonimo, se puede estar de acuerdo o no con el, yo lo estoy en muchas cosas, y en otras estoy muy en desacuerdo, pero firmo mis post.

Jordi Perramon "guguseti"

Anónimo dijo...

Joder perramon, solo te ha faltado que no sabe atarse los zapatos:
- "Tacticamente es nulo"
- "Sin capacidad para dar la vuelta a un partido"
- "Incapaz de sacar rendimiento a sus jugadores"

No dudo de que lo pienses, pero las tres afirmaciones no son ciertas.

Vaya con los haters :-/

jordi perramon dijo...

En el barça es lo unico que demostro
Guguseti

Anónimo dijo...

Perramon, sólo recuerda la liga que os ganamos hace dos años, aquel 3-0, teniendo el Barsa mejor equipo que el Baskonia. No digo que se ganó sólo por Dusko, pero algún merito tendrá. Eso si, creo que hoy por hoy Dusco no es el mejor entrenador posible para el Baskonia ... gora Baskonia!!!

josu

jordi perramon dijo...

Josu, ganasteis y muy merecidamente, el barça salio dormido, y nos disteis en toda la frente, pero insisto en que con otro coach estoy convencido de que tendriais muchas mas copas y ligas en vuestro palmares.

Atarse los zapatos supongo que sabe...pero jamas le he visto hacerlo y no lo puedo afirmar, lo que si puedo afirmar es lo que le vi hacer en el palau, y decir que no me gusto es lo mejor que puedo decir de el