La llegada de Lampe y la salida de Dorsey cambiarán con vistas a la Copa la configuración de un Caja Laboral donde las plazas de Walsh y Golubovic pueden cambiar de dueño según su rendimiento
El rediseño de un plantel que ha proporcionado más decepciones que alegrías a su hinchada hasta la fecha arranca precisamente por su punto débil. Su famélico juego interior va a experimentar, de hecho ya ha empezado a hacerlo, las principales modificaciones. La capacidad regeneradora del club vuelve a saltar a escena en una temporada en la que tras el fracaso europeo se aprecia más necesario, si cabe, atinar con los retoques. En cualquier caso, resulta evidente que el Caja Laboral que se presentó en Bilbao para disputar la Supercopa hace algo más de tres meses se parecerá bien poco al equipo que tratará de conquistar su séptimo título copero en la cita que se celebra en el Palau Sant Jordi de Barcelona a mediados de febrero.
Una vez consumido el largo proceso de rehabilitación tras su lesión en el labrum de la cadera, en apenas dos semanas Maciej Lampe se reincorporará a la disciplina baskonista. El polaco, una de las grandes apuestas del presente proyecto, vendrá a reforzar un reparto de jugadores interiores que jamás ha satisfecho las expectativas de Dusko Ivanovic. El propio director deportivo del club, Félix Fernández, confirmó el martes durante la presentación de Matt Walsh lo que ya había adelantado Diario de Noticias de Álava: "Llegará la última semana de enero, más o menos el día 23 o 24", señaló Fernández, que no tuvo reparos en admitir que en el seno de la entidad del Buesa Arena confían en que el polaco pueda estar en condiciones para disputar la Copa.
Por fin un cinco de verdad
Su llegada puede suponer un enorme balón de oxígeno para un equipo que ha malvivido ante la ausencia de un cinco de garantías. Estaba cantado que el regreso del polaco supondría la marcha de alguno de los numerosos interiores que decoraban el banquillo de Ivanovic. Joey Dorsey, Vladimir Golubovic, Unai Calbarro y Dejan Musli han llegado a convertirse en meros ornamentos en los últimos tiempos para un técnico que se ha arreglado con dos cuatros, Mirza Teletovic y Milko Bjelica, y un tres reconvertido como Nemanja Bjelica. Toda vez que Calbarro llegó -y así seguirá- para colaborar en los entrenamientos y que el club sigue buscando sin éxito una cesión para Musli, todos los boletos se los distribuían entre Dorsey y Golubovic. Uno de ellos ya ha abandonado Vitoria. El otro no tiene asegurada su continuidad.
El caso del interior de Baltimore parecía resuelto desde hace semanas. Dorsey había perdido la confianza del técnico y sólo la falta de alternativas de futuro le forzaban a rechazar la rescisión que le planteaba la directiva. Hasta el martes, cuando Olympiacos se metió por medio y el jugador estadounidense vislumbró una salida a la incómoda situación de ostracismo con la que convivía.
Golubovic, en principio, depende de su propio rendimiento, o del protagonismo que el entrenador le conceda para exhibir su potencial. El club, como suele suceder en estos casos, apurará hasta los días previos a la fecha de vencimiento de su contrato para tomar una decisión sobre su continuidad. A pesar de que el mercado se está revelando este año especialmente complicado, y más en el apartado de pívots, el escaso protagonismo que le ha concedido Ivanovic a su paisano invita a pensar que a poco que algo mejor se ponga a tiro el montenegrino cerrará con más pena que gloria su segunda etapa en la capital alavesa. Es más, dado que el contrato temporal de dos meses que firmó cuando fue reclutado como sustituto del entonces lesionado Milko Bjelica expira a comienzos de febrero, tampoco resulta descabellado imaginar un panorama que arroje un elenco de pívots compuesto por Lampe, Teletovic y los dos Bjelica para disputar la Copa. Las limitaciones económicas que padece la entidad del Buesa Arena pueden jugar su papel y dilatar la llegada de un cuarto interior de cara a los play off de la ACB.
Así las cosas, este accidentado Caja Laboral se prepara para experimentar una metamorfosis, otra más, que brotará de la pintura pero que podría también extenderse al perímetro, toda vez que aún queda vacante la plaza de exterior de Reggie Williams. Por ahora, aunque en realidad ha llegado para suplir la baja de Pau Ribas, está ocupada por Matt Walsh, cuya capacidad para convencer a Ivanovic determinará su periodo de estancia en Vitoria. Más anotador que defensor, con un espíritu de sacrificio de palabra que deberá refrendar sobre el parqué, si el ex del Murcia no convence, todavía podrían producirse más cambios en una temporada en la que parece que el club está tardando más de lo habitual para dar con la tecla.
La añoranza de un killer
"Dusko me preguntó si estaba listo para defender y le dije que voy a dar el máximo", dijo en su presentación el alero norteamericano, que ha firmado por un mes, por lo que no contaría para la Copa salvo renovación, y debutará este próximo fin de semana ante el Manresa, el primer club de la ACB en el que militó. En principio, tal y como confirman fuentes del club, Walsh no encaja con el perfil de jugador que la directiva buscaba. Una vez constatado el fracaso de la apuesta por Reggie Williams, y más aún tras la inoportuna lesión del incombustible Pau Ribas, el rastreo del mercado se centraba en la caza de un dos anotador, un jugador similar al del actual jugador de los Bobcats y que tanto se ha echado en falta en Vitoria tras la marcha, hace ya dos años y medio, de Igor Rakocevic.
Walsh, en cualquier caso, cuenta con la ventaja de caer en un plantel que, pese a las limitaciones y dudas que haya podido ofrecer, se ha revelado tremendamente polivalente. El hecho de que Heurtel pueda asumir minutos como escolta y, sobre todo, esa reconversión de Nemanja Bjelica a ala-pívot le pueden conceder más protagonismo del que habría podido gozar en circunstancias normales en este equipo, siempre que cumpla su palabra y responda a las exigencias de Ivanovic.
Son los primeros indicios de una metamorfosis que debe reconducir el rumbo de un equipo que aún está a tiempo de ofrecer alegrías a su afición. El club continúa escrutando el mercado y el equipo está abierto a más cambios. Como siempre.
Walsh, en cualquier caso, cuenta con la ventaja de caer en un plantel que, pese a las limitaciones y dudas que haya podido ofrecer, se ha revelado tremendamente polivalente. El hecho de que Heurtel pueda asumir minutos como escolta y, sobre todo, esa reconversión de Nemanja Bjelica a ala-pívot le pueden conceder más protagonismo del que habría podido gozar en circunstancias normales en este equipo, siempre que cumpla su palabra y responda a las exigencias de Ivanovic.
Son los primeros indicios de una metamorfosis que debe reconducir el rumbo de un equipo que aún está a tiempo de ofrecer alegrías a su afición. El club continúa escrutando el mercado y el equipo está abierto a más cambios. Como siempre.
Os dejo el link del artículo por si alguien quiere echarle un ojo a cómo se recogía en la edición digital de Diario de Noticias de Álava.
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