21/5/11

Un vuelo hacia el futuro


Sucedió en el American Airlines Center, en el segundo partido de la final de la Conferencia Oeste. Lo que parecía una acción espectacular, probablemente la mejor jugada de los apasionantes playoffs de la presente campaña, fue además un acontecimiento catártico, un vaticinio de lo que está por venir. Kevin Durant voló por encima de Brendan Haywood para firmar uno de los mates más bestiales que recuerdo. Pero esta imagen supone mucho más en el transcurso de una temporada en la que la NBA está experimentando un cambio de ciclo.

Un tipo al que aprecio mucho se rió el otro día cuando le hable de la rebelión que está protagonizando una brillante generación de estrellas contra la gerontocracia, contra los veteranos que han dominado la competición incluso más tiempo del que les correspondía. El mate de Durant esconde ese gesto altivo y desafiante de quien no entiende de roles. El antiguo régimen se desmorona. La caída de los Lakers de Kobe Bryant, actuales bicampeones, el desmoronamiento de los agotados Spurs y la confirmación de que la fórmula del Big Three plus Rondo de los Celtics ha fracasado más por exceso de kilómetros en las piernas que por falta de talento preconizan lo que se avecina.

Sólo los Mavericks, sustentados en tres abuelos sobrados de clase como Jason Kidd, Dirk Nowitzki y Shawn Marion, pueden prolongar un año más la agonía. Pero la revolución, como la de la Puerta del Sol, resulta ya imparable. El establishment de la competición estadounidense se regenera gracias a un puñado de descarados jovenzuelos que pretenden incluso pasar por la derecha a la hornada anterior, tan aclamada, tan anunciada, tan esperada, con Lebron James, Carmelo Anthony, Chris Paul o Dwight Howard (todos ellos huérfanos de títulos aún) como grandes referentes.

Es probable que Dallas acabe llevándose la serie y alcance las finales. Oklahoma sufre bajo los aros y eso en el baloncesto resulta a la postre decisivo. Sin embargo, esta jugada también ha podido cambiar de manera irreversible el destino de la eliminatoria. Llegó cuando todo pintaba azabache para el equipo de Oklahoma City. Tras un comienzo arrollador de los Mavericks, con un Nowitzki de nuevo de baile de salón y un Kidd ejerciendo de director de circo con sus pases inverosímiles, todos los que perdíamos sueño frente a las pantallas casi dábamos por hecho un nuevo correctivo, otra regañina de los abuelos a los imberbes Thunder. Hasta que pasó esto. Entonces el partido, quizá la eliminatoria, quién sabe si también el futuro de la competición, cambiaron con ese vuelo en el que Durant pasó por encima del pasado para mostrarnos el futuro.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Si antes posteo... :-)
"el MATE de Durant http://ow.ly/4ZC8p"
Saludos