28/6/11

¿Deportivo Baskonia?

La entrada de un grupo de empresarios encabezados por Josean Querejeta en el accionariado del Alavés ha rescatado al club albiazul de una muerte segura / No todos han acogido de buen grado la intercesión del líder del Baskonia en este proceso


Hoy cambiamos un poco de registro. Dejamos el balón naranja y las zapatillas para calzarnos las botas y saltar al césped. Se cierra un día histórico para el deporte de élite en Vitoria, una jornada en la que hemos asistido a un hecho insólito a nivel seguramente mundial. No conozco un caso igual, aunque es posible que se haya dado. La cuestión es que esta mañana se ha producido la puesta de largo oficial del nuevo equipo gestor del Deportivo Alavés, un club de fútbol que ha sido rescatado de una muerte prácticamente segura gracias a la inyección económica liderada por un grupo de empresarios alaveses que se han cobijado tras la alargada sombra de Josean Querejeta y su Baskonia. Un club de baloncesto con poco más de medio siglo de vida, que en las dos últimas décadas ha crecido hasta consolidarse como uno de los ocho mejores del continente, ha absorbido a un equipo histórico como el Glorioso, una institución nonagenaria que hace una década disputó una legendaria final de UEFA frente al Liverpool, a pesar de que la versión oficial y los primeros gestos de cara a la galería tratan de hacer ver que se trata de dos entidades independientes.

En realidad lo son. El Baskonia sigue manteniendo su estructura accionarial autónoma. Al igual que el club de Mendizorroza, pero la experta y ambiciosa mano de Querejeta ya mece los designios de ambas instituciones y ha situado al frente del Alavés a un consejo compuesto en su mayoría por sus colaboradores más cercanos, a los que ha concedido la responsabilidad de devolver la grandeza perdida al equipo albiazul. Los 2,5 millones de euros que ha ingresado el grupo inversor encabezado por Saski Baskonia y los pactos que en la sombra y sin hacer demasiado ruido ha ido asegurándose Querejeta con los partidos políticos y las instituciones han puesto punto y final a un culebrón que se ha prolongado durante meses y que ha mantenido en vilo a la hinchada del Alavés, una entidad en quiebra, asfixiada por las deudas y amenazada de liquidación.

Querejeta ha logrado lo que a los dos anteriores máximos propietarios les ha resultado imposible: generar suficiente confianza en las instituciones, sobre todo en la Diputación foral -principal acreedor del Alavés-, para emprender un proyecto que acabe con las angustias del equipo albiazul, desvalijado, arruinado, deshonrado tras el trienio negro del innombrable Dmitry Piterman, a quien la justicia española ya ha condenado por apropiarse del dinero del club. Algunas sentencias obligan al empresario de origen ucraniano a reintegrar cantidades millonarias al Alavés. Sin embargo, su habilidad para escurrirse y blindar sus bienes pueden convertir cualquier idea de recuperar ese dinero en una quimera. La nueva directiva escogida por Querejeta, con el arquitecto Avelino Fernández de Quincoces a la cabeza, ha fijado pese a todo este punto en su orden de prioridades.

La culminación de un proceso eterno

La entrada de Querejeta en el accionariado del Alavés culmina un proceso eterno y que se ha concretado tras muchos meses de movimientos intestinos y negociaciones al límite. Nada nuevo bajo el sol. Es su forma de hacer negocios, y en esta ocasión le ha valido para sacar adelante un proyecto que se gestó hace casi año y medio. Fue a comienzos de 2010 cuando el líder del baskonismo comenzó a consultar a algunos de sus colaboradores más próximos la posibilidad de embarcarse en esta aventura. Los que le conocen aseguran que fue su extrema ambición lo que lo movió a plantearse esta peregrina idea, que durante muchas semanas fue rumor y que hace no demasiado tiempo cobró rango de oficialidad.

Josean Querejeta sabe que expone buena parte de su crédito como gestor y que cierta cuota de su imagen pública quedará sujeta a lo que suceda en un futuro próximo con el equipo albiazul, olvidado en la categoría de bronce del fútbol estatal. Se enfrenta a una apuesta que apenas controla. Ni él ni el hombre al que ha situado como presidente tienen suficientes conocimientos de fútbol como para afrontar un reto de estas dimensiones. Y no lo niegan. Quieren escoger a personas capacitadas para asumir la responsabilidad deportiva y adaptar el exitoso modelo empresarial del Baskonia al Alavés. Aunque se plantea un problema esencial: el fútbol se ha revelado siempre como un deporte mucho más incierto que el baloncesto. No concede garantías.

Por otro lado nos encontramos con el desgaste que puede sufrir la figura de Querejeta, a quien no todo el alavesismo ha recibido con entusiasmo, si los planes se desvían del camino deseable. La afición del Buesa Arena se ha comportado siempre con un exquisito respeto cuando se trataba del palco. El presidente del Caja Laboral se ha mantenido en todo momento cubierto por una fina película que lo resguardaba de toda crítica, o al menos de las más feroces. Por tradición, y no sólo en Vitoria, parece que el hincha del fútbol es y se comporta de otra manera.

Querejeta ha maniobrado con astucia al echarse a un lado y situar en primera línea de fuego a figuras que hasta el momento han ocupado espacios entre bastidores. Él seguirá al frente del Baskonia, en tierra firme, y controlará a una moderada, por no decir reducida, distancia los movimientos de su nueva adquisición. Si la cosa marcha bien, no habrá problema. Si los resultados dan la espalda al equipo, me inquieta saber hasta qué punto le salpicarán las iras del público de Mendizorroza. Fue uno de los aspectos sobre los que hicieron hincapié aquellos allegados que le desaconsejaron iniciar esta aventura. Pero a Querejeta le puede la ambición. Y este del Alavés, sin duda, es un reto mayúsculo para un hombre que, lejos de conformarse con manejar los hilos del club azulgrana, aparece como un peso pesado en la Euroliga y está liderando al mismo tiempo un golpe de estado en la cúpula de la ACB.

La difícil coexistencia de dos clubes de élite

Los que reciben con ciertas dudas el ingreso del Baskonia en el accionariado del club del Paseo de Cervantes echan mano de la tradicional rivalidad que ha generado en una ciudad de tamaño medio como Vitoria la coexistencia de dos clubes de élite. A Querejeta se le ha acusado siempre de querer poner zancadillas a cualquier competencia que pudiera surgir en el entorno. Y no me refiero sólo a Vitoria, sino también a la postura que desde Bilbao y San Sebastián se le atribuía en referencia a Bilbao Basket y GBC mientras los equipos de las provincias vecinas iniciaban su escalada hacia la ACB. En cualquier caso, siempre ha mantenido un prudente respeto, sin alharacas, hacia el Alavés. Y el destino lo ha convertido en su rescatador.

Bien es cierto que los últimos pasos adoptados antes de materializar el traspaso de poderes han frustrado su anhelo de irrumpir en escena como un héroe. Ésa fue su intención durante meses, mientras se reunía con las fuerzas políticas y las instituciones para conseguir unas condiciones muy ventajosas y que muchos censuran que a otros se les han negado. Al final, la cabeza visible del Baskonia se encontró con muchos más problemas de los previstos, y su poderosa sombra se dejó entrever en algunos movimientos que no gustaron a todo el mundo.

Al margen de los 2,5 millones invertidos, su plan pasaba por recibir la concesión de un crédito de otros dos millones para garantizar la liquidez del club una vez realizado el desembarco. Peros sus continuos encontronazos con la Caja Vital, la entidad financiera provincial, respecto a las fórmulas avalísticas, supusieron un punto de fricción que despertó muchas reticencias entre algunos sectores de la afición. Al final, Querejeta logró que los políticos mediaran para resolver el conflicto. Es más, ha logrado que se modifique incluso una normativa para que las instituciones públicas puedan avalar parte del préstamo. Y no sólo eso: consiguió que los tres principales partidos del territorio (PP, PNV y PSE) iniciaran una batalla por hacer ver que habían sido los grandes garantes de las operaciones que han propiciado el rescate del Alavés. Querejeta se aprovechó de ello y los alentó. Fue sólo una más de las muestras de capacidad negociadora que ha exhibido en estos meses, en los que llegó a atraer el respaldo de varios de los principales y más ruidosos grupos de pequeños accionistas del entorno y movilizó a la plantilla y el cuerpo técnico, a los que la anterior directiva debía un par de meses de sueldo, para que salieran a la palestra y pidieran a los anteriores propietarios que rebajaran sus pretensiones económicas y cedieran el cetro de mando al nuevo grupo inversor.

Podrían escribirse muchas más líneas sobre esta historia, que como digo se cerró definitivamente cuando Avelino Fernández de Quincoces, mano derecha de Querejeta, apareció en la sala de prensa de Mendizorroza como el trigésimo tercer presidente de la historia del Deportivo Alavés. Fue un momento histórico. Paradojas del destino, el Baskonia ha acabado por convertirse en el salvador del no siempre tan bien avenido vecino. Querejeta controla prácticamente todo el deporte de élite en Vitoria. Ha concentrado un tremendo poder. Pero como decía el tío Ben Parker, "un gran poder conlleva una gran responsabilidad". El alavesismo vigila. Y no le va a dejar pasar una.

3 comentarios:

Iñaki Amestoy Aramburu dijo...

Como lo prometido es deuda,cafelito y buena lectura.A mi me preocupan dos cosas.La primera es que no entiendo como algún aficionado del alavés no ha recibido con los brazos abiertos al Querejeta a sabiendas que si no llega a ser por esta inyección económica probablemente el Glorioso antes o después habría desaparecido.
La segunda es que me crea dudas si tito Josean,que es un gestor excepcional,podrá mantener a los dos equipos sin que esto repercuta negativamente y sobre todo al equipo de baloncesto,ya que soy mas del Baskonia que del alavés (espero que no sea pecado).Creo que es mejor hacer una cosa bien,que dos regular. A pesar de mis dudas ¡¡ AUPA GLORIOSO !! y ¡¡ AUPA BASKONIA !!Un abrazo Crack.

Zuriñe dijo...

iñaki, pecado no es, pero casi casi....

yo creo que le puede venir muy bien. no coincidencia de horarios, publi en uno y otro lado... creo que puede ser el inicio de una buena-bonita amistad... (lo creo, y sobre todo, lo espero...)

Juanjo Brizuela dijo...

Personalmente, me preocupa un detalle: aun comprendiendo que existe un modelo de gestión "exitoso" en Saskibaskonia, que es el que hace que las miradas institucionales se pusieran en el lado del Baskonia, eso no quiere decir que dicho modelo pueda funcionar igual en el fútbol.

Por mercado, por competencia, por condiciones económicas, por presión mediática, me parecería un error llevar un modelo de un lado a otro.

Pueden existir criterios expresariales y de gestión que funcionen, pero ahora mismo el problema radica en que en el fútbol partimos exactamente de muy abajo.

¿Sinergias entre Baskonia y Alavés? Veo pocas. Aunque no tengan por qué ser deportes "excluyentes". ¿Sinergias económicas? Eso lo dirá conforme se avance en cada campaña.

Me alegro por el Alavés. Pero me precoupan ambos. Ojo con el cuento de la lechera.