Dijo un sabio, no recuerdo cuál, que "el hoy y el ayer son las piedras con las que construimos". En esta situación se encuentra actualmente el Baskonia, que pretende edificar un mañana prometedor con las piedras que cimentaron su discreta última temporada y las que poco a poco comienza a amontonar con vistas a un futuro próximo. Se presenta un verano muy ajetreado en las oficinas de la entidad vitoriana, ahora en el exilio de Salburua por motivo de la remodelación del Buesa Arena. Una vez constatado el hecho de que existía una flagrante discordancia entre el perfil del técnico y las piezas que se le ofrecieron para repetir milagro, resulta evidente que todos los esfuerzos se centran ahora en conseguir que el plantal azulgrana se vuelva de nuevo reconocible, recobre la esencia del club y, ante todo, se adapte a la filosofía de Dusko Ivanovic, cuya continuidad representa el primer paso en esa construcción del futuro inmediato. El montenegrino, una piedra de ayer y de hoy, volverá a ser un pilar básico del mañana. No todos en Vitoria lo han entendido.
A partir de la confirmación de la apuesta por la continuidad en el área técnica, muchos de los movimientos que tienen que llevarse a cabo en los próximos días están sujetos a lo que se decida esta misma semana respecto al cambio en el marco de contratación. Los precios y la consideración de las materias primas variarán sustancialmente si se eliminan los cupos, se impone una cuota mínima de canteranos por plantilla o se acepta la legalidad vigente (por mucho que a algunos les duela) y se abren las fronteras a la libre circulación. Como pasa con los fontaneros, los aparejadores, las amas de casa y cualquier otro trabajador, el baloncesto debe abrirse a la legalidad vigente de la UE. Las pataletas de jugadores y Federeación Española esta vez no deberían ir dirigidas contra los clubes.
Mientras se resuelven estos asuntos capitales para el futuro del baloncesto estatal, el Baskonia trabaja en lo que todo indica que será un importantísimo lavado de cara de la plantilla. A día de hoy, son varios los que están por llegar y también bastantes, quizá alguno más de lo esperado, los que se marcharán de Vitoria. Algunos están señalados. El mero hecho de que Ivanovic haya recibido de nuevo la plena confianza de la directiva invita a pensar que existen elementos sobrantes en el vestuario. Aunque éste no será el único factor determinante a la hora de fijar los criterios de venta. Existe otro crucial: hace falta dinero.
Hoy por hoy, y más teniendo en cuenta la idiosincrasia mercantil del club vitoriano, no existe un solo jugador que podamos garantizar que la próxima temporada vaya a iniciar las competiciones del Baskonia. Ya lo dijo el propio Querejeta en su habitual rueda de prensa de balance anual: "Si llega una oferta irrechazable, por supuesto que se estudiará". Se refería entonces a Mirza Teletovic y Marcelinho Huertas, dos de los puntales del equipo. Ambos han suscitado el interés del todopoderoso CSKA. El francotirador bosnio, de hecho, aún sigue en la agenda del club moscovita, dispuesto a alcanzar esos límites obscenos de los que hablaba el presidente del Caja Laboral. Habrá que ver hasta qué punto insisten los rusos, tremendamente dolidos en su orgullo tras caer a las primeras de cambio en la pasada Euroliga y que hace bien poco han sabido que pierden a Trajan Langdon y John Robert Holden, dos de sus iconos.
Amenazados por las ofertas irrechazables
Stanko Barac y Fernando San Emeterio son, a tenor de los minutos concedidos durante el curso pasado, los otros dos jugadores sobre los que Ivanovic ha depositado el peso de la responsabilidad. El alero cántabro, recién renovado, coleccionaba hace bien poco novias, si bien considero que el cambio normativo, la pérdida de atractivo de los jugadores nacionales por motivos de cupo, va a garantizar su continuidad. El tema del poste con pasaporte croata depende exclusivamente del lockout. La directiva tenía bien claros los planes, pero si se produce finalmente el cierre patronal, pueden variar. Ya ha habido conversaciones con Indiana Pacers, la franquicia de la NBA que posee sus derechos, y su venta se contemplaba como la opción más viable para recuperar la liquidez y proseguir con la necesaria reconstrucción.
Nemanja Bjelica aparece como el quinto elemento de gran valor en la actual plantilla azulgrana. Si todos están sujetos a servir a la causa como monedas de cambio, el serbio no puede suponer una excepción. Pero su venta resultaría dolorosa. Fue una apuesta muy ambiciosa de la directiva de Josean Querejeta. Se puso mucho dinero sobre la mesa para amarrar a largo plazo a un jugador sobre el que se tenían depositadas muchas esperanzas. Es evidente que no ha colmado las expectativas de nadie. En cualquier caso, todos conocemos los primeros años de muchos jugadores con Dusko. Si la relación entre Bjelica y el preparador montenegrino no es peor de lo que imaginamos, lo lógico sería pensar en su continuidad. Pero teniendo en cuenta la tremenda remodelación que sufrirá el equipo y las siempre imprevisibles consecuencias de los efectos mariposa, no pongo tampoco la mano en el fuego.
La incógnita Bjelica
Dos que sí parece que estarán seguro son Pau Ribas y Esteban Batista. El escolta catalán, definitivamente liberado de sus funciones como falso base tras la llegada de Thomas Heurtel, tendrá la ocasión de confirmar las excelentes sensaciones que ha ofrecido en su papel de especialista durante el tramo final del torneo. Batista, a pesar de los pesares, cuenta con un contrato largo y no parece que existan demasiados clubes interesados en asumir el coste de un jugador al que este año militar en las filas de un grande le ha superado en exceso. A partir de ahí, me surgen dudas con Brad Oleson, a quien el club ha solicitado una rebaja en su ficha, y me asaltan certezas con David Logan. A día de hoy, interpreto la oferta al jugador de Alaska como una sutil señal de que no se vería con malos ojos que pensara en cambiar de aires. Logan, con Dusko renovado, tiene las horas contadas, a pesar de que Josean Querejeta, que sentía una especial predilección por su fichaje, dijera la semana pasada que se cuenta con él. De Palacio y Dragicevic, a pesar de que el segundo quizá habría merecido una oportunidad, no hay mucho que decir. Se marcharán. Sin embargo, sobre Dejan Musli, un tipo del que Ivanovic no quería ni que se le preguntara en las ruedas de prensa, habrá que publicar un post exclusivo.
Mientras se resuelven las salidas, la dirección deportiva trabaja en las contrataciones, que están íntimamente relacionadas y que, por supuesto, tendrán mucho que ver con lo que suceda definitivamente con la nueva normativa de la ACB. Querejeta anunció que, al margen de Heurtel (que este martes será oficialmente presentado), se escruta el mercado en busca de un alero y un jugador interior. Lo demás puede ir llegando en función de lo que se vaya. En cualquier caso, no bastará con buscar jugadores para determinadas posiciones. El Baskonia, por su bien y por la salud mental de Dusko Ivanovic, precisa de la contratación de perfiles muy concretos, que completen las muchas virtudes con las que cuenta esta plantilla. Harán falta jugadores con una capacidad de sacrificio mayor, con importantes dotes defensivas, para que el equipo carbure y, sobre todo, para que lo haga a imagen y semejanza de su técnico.
El verano va a ser muy largo. Tendremos ocasión para profundizar mucho más en este asunto. Hay varios nombres de futuribles baskonistas ya sobre la mesa. No se va a aburrir nadie.
1 comentario:
LOGAN Y BARAC no me encajan con dusko. les falta currar un poco, y sangre... y además, creo que es por los que más rendimiento económico se podría sacar, asi que... 2 en 1...
a ver k nos depara el veranito... nos seguiran informando.... ;-))
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